Vida plástica
Por Bruno Rico Gómez.
Los polímeros tuvieron su auge entre 1950 y 1970, después de la segunda guerra mundial y durante la guerra de Vietnam se fundaron grandes empresas que lucraron con este tipo de materiales. Tupperware fue una de ellas, con grandes comerciales y técnicas de mercadotecnia únicas como las famosas reuniones de vendedoras lograron un boom en las comunidades de Estados Unidos y años después lo haría en todo el mundo.
Era tan tétrica la obsesión del mundo por el plástico que en un parque de diversiones en E.E.U.U. por los años 60´s se creó una exposición nueva, la casa del futuro, donde prácticamente toda la casa era de plástico. Hablamos de trastes de plástico, mesas de formaica, utensilios de plástico, todo polímeros. Y no era para menos pues los plásticos muy raramente se rompían, no se oxidan y duran toda una vida.
El problema es que al ser productos ajenos a la naturaleza (la naturaleza no las fabrica) esta misma no puede deshacerse de ellos y por esa razón son tan contaminantes. Polímeros como el unicel, y en general los que tienen el digito 7 en las flechas ubicadas en el envase no se pueden reciclar debido a que no se sabe la composición química.
Pero ¿realmente podemos llevar una vida sin los polímeros? Es imposible ¡ya que están en todos lados! Carros, motos, camiones, celulares, computadoras, comidas, etc… Por eso el humano no puede llevar a cabo una vida sin polímeros, sin el consumismo.
Esta columna aunque corta, espero que sea reflexiva pues la cantidad de plásticos que la sociedad tira al día van en aumento y es realmente alarmante. Y como dije, es imposible llevar a cabo una vida así pero no improbable y con un adecuado plan, nosotros como consumidores, podemos mejorar el consumo y reciclar cuantos más polímeros podamos y no solo unos cuantos popotes.
