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Saber decir adiós

Por Rodrigo Chávez

 

Hace ya bastantes ayeres que Gustavo Cerati nos decía que saber decir adiós es crecer y bastantes semanas en las que el excanciller mexicano, Marcelo Ebrard, resultó superado en la encuesta del proceso interno de Morena para aspirar a la silla presidencial en 2024.

 

Desde que Marcelo se dio cuenta que escuchar los cantos de sirenas de Rubrum y de sus asesores más cercanos como Martha Delgado, Malu Micher y Emmanuel Reyes cambió (nuevamente) la estrategía y pasó a la ofensiva abierta y descarada en contra de Claudia Sheinbaum. En un primer intento desesperado realizó una rueda de prensa contraria a todos los acuerdos internos pues aseguraba que Claudia Sheinbaum estaba haciendo trampa. La rueda se hizo un día antes de comenzar la aplicación de 12 mil 500 cuestionarios a la población general.

 

Una  vez realizadas las encuestas, Marcelo Ebrard continúo con los ataques y el día que iban a entregarse los resultados Malú Micher y Emmanuel Reyes abandonaron el salón del World Trade Center donde se realizaba el conteo. En una primera ocasión abandonaron el recinto para vituperar que habían cancelado muchas casillas y boletas y que ese era un logro de Marcelo Ebrard.

 

Minutos más tarde volvieron a abandonar el salón esta vez para decir que debido a la excesiva cantidad de boletas canceladas el ejercicio se tenía que reponer y que si las cosas no se hacían como ellos pedían simplemente no iban a aceptar ningún resultado. En otras palabras, el equipo de Marcelo saboteaba el proceso y lo celebraba por la tarde para en la noche decir que el proceso había sido saboteado y que no podían continuar.

 

Desde que esto ocurrió los personajes cercanos a Marcelo y el propio Ebrard han hecho señalamientos y declaraciones bastante severas sobre quienes fueron (¿o son?) sus compañeros de partido y han amenazado hasta el cansancio con irse de Morena. De manera repetitiva y casi cíclica escuchamos a Marcelo decir que si no se hace tal cosa él se va.

 

Esta amenaza ha perdido fuerza a un grado en que cuando alguien escucha a Marcelo sabe que solo habla desde el berrinche pero que ni se ha ido y muy probablemente no se irá pues perdería una fuerza considerable al tratar de brincar a otro partido y confrontarse abiertamente con Morena.

 

Esta columna surge a raíz de lo visto en las últimas horas en cámara de Senadores en donde Malú Micher se emberrincha, agrede verbalmente a Citlalli Hernandez y amenaza con irse de Morena. ‘A partir de este momento estoy fuera de Morena’ dice la guanajuatense. Muy al estilo ebradista.

 

Mi llamado a las personas que están con el canciller y que se encuentran en esta posición de amagar y de condicionar las acciones de los demás militantes a lo que ustedes desean o irse es precisamente a dejar de amenazar. Malu, Marcelo, Emmanuel, si tan seguros están, vayanse pero si se quedan ya dejen de amenazar y de creer que se les debe algo por quedarse. A los militantes de a pie les pido no se dejen envolver en esta soberbia y sigamos construyendo juntos.

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