Pensemos diferente
Por Bruno Rico Gómez.
Recuerdo muy bien que cuando era niño la materia que más me gustaba eran las ciencias, no era para menos, siempre fui un niño que desarmaba, rompía o probaba para luego volver a construir cosas nuevas o diferentes.
El tema que más recuerdo era el de los materiales renovables y los tipos de energía, de niño no comprendía la complejidad del asunto hasta que entre a la universidad y alcance a ver el impacto de estas acciones en nuestro día a día.
Hablar de energía suele ser muy polémico, principalmente por los diferentes puntos de vista tanto en la comunidad científica como en la sociedad común. Cuando alguien habla de energía con las personas piensan que hablas de ciencia de cohetes pero en realidad el uso, consumo y desperdicio de energía sucede a cada segundo, en cada lugar de todo el mundo.
La energía se encuentra en diferentes formas, desde la calorífica cuando calientas el agua para tu café en la mañana, la mecánica que hace que se mueva el vehículo en donde viajas, la eléctrica en la plancha que utilizas para planchar toda tu ropa. Ejemplos sobran, pero hoy hablaré de la calorífica y sus problemáticas.
El problema de la energía calorífica es que no existe ningún sistema termodinámico capaz de aprovechar la energía al cien por cierto, claro, existen los reactores nucleares que función con vapor de agua, pero son casos muy específicos.
El caso más famoso es el motor de combustión, puede ser de 1 pistón hasta de 12, desde 0.5 litros de desplazamiento hasta los 10.3 litros. ¡Son una maravilla! Pues con un líquido como la gasolina y una chispa eléctrica hacen que un vehículo de al menos media tonelada recorra grandes distancias en poco tiempo.
No todo es miel sobre hojuelas, en la termodinámica existe el término “Rendimiento” que hace referencia a la capacidad máxima de trabajo que puede realizar un sistema termodinámica, ¿Cuál es el rendimiento de un motor de combustión interna? 17%, así es, 17% de rendimiento. En términos prácticos, ustedes le ponen 100 pesos de gasolina a su vehículo y este solo genera 17 pesos de energía mecánica.
¡Es brutal! Claro que es brutal pues existe 83% de energía que se descompone en diferentes preocupaciones, los más preocupantes son los contaminantes y la energía calorífica. De un escape de motor suelen salir partículas de CO2 y CO, partículas altamente nocivas para el humano pues son partículas sumamente toxicas.
Ahora, no solo perjudica a los humanos, todo lo que nos rodea se ve afectado pues estas energías de “desperdicio” generan el tan sonado efecto invernadero.
Efecto que causa la acumulación de los rayos de sol y evita la salida de estos por la inmensa nube de contaminantes debido a la quema de combustibles.
La eterna batalla de las energías renovables y las no renovables está en auge, pues las energías alternativas van ganando terreno sobre las de combustibles fósiles.
Está en nuestras manos el cambiar el rumbo de este planeta, necesitamos pensar diferente y empezar a realizar acciones a favor de nuestro futuro.
“Cuando se trata de tecnología, tenemos dos opciones: crear un universo Mad Max o uno Star Trek” -Vivek Wadhwa.
