Muerte a la familia patriarcal
Elsa Guadalupe Flores Hernández
Papá siempre me compro vestidos, muñecas, me enseño matemáticas y me llevaba a natación. Papá me alzaba en sus brazos siempre que llegaba del trabajo porque yo corría hacia él. Papá lloro cuando me quede hospitalizada y me llevaba de la mano cuando salíamos a pasear porque decía que tenía miedo de perderme. Papá me dio mi primer cigarro, mi primer trago de tequila. También fue el primero en regañarme por lo corto de la falda y por lo lista que era. Papá se fue de la casa cuando tenía catorce o quince años, nunca me llamo por teléfono y nunca me dijo por qué se fue. Papá tenía tanto miedo de perderme que se fue primero él.
En México, según el Censo de Población y Vivienda 2010, 4 de cada 10 familias tienen un padre ausente y se estima que el 53% de los mexicanos consideramos la falta de él en la infancia y a lo largo de nuestras vidas. La desintegración familiar viene de la mano con la estructura capitalista existente, lo que nos lleva a la siguiente pegunta ¿Qué está sucediendo en la superestructura de México?
Recordemos el papel de la familia como una de las instituciones más importantes para el mantenimiento del sistema capitalista patriarcal, dado que está proviene de la transformación una sociedad donde existía la poligamia, para los hombres, y la poliandria, para las mujeres dentro de una comunidad hasta que los celos rompen con esta libertad y organización sexual existente introduciendo el matrimonio y la monogamia como la forma de relacionarse. El matrimonio legitimiza la familia en la esfera de producción y en materia de propiedad privada pues en automático está es quien designa los roles y etiquetas que desarrollan cada uno de los integrantes, aunado a esto también respalda y valida a los integrantes con su interacción en la sociedad, todo esto llevado acabo con una desigualdad y exclusión hacia nosotras las mujeres. Ahora bien, si la familia es el reflejo del modo de producción existente significa que está ha pasado por varias formas, como la inclusión de la mujer al mercado laboral, al acceso de estudios, etc. sin embargo no significa que el trabajo doméstico, el de cuidados y la reproducción se hayan transformado pues siguen existiendo como base de la familia y llevados a cabo por las mujeres.
En México, hasta cierto punto esta normalizado que exista una ausencia paterna en la mayoría de las familias ya sea por trabajo o en otros casos, que no son considerados importantes para las estadísticas, es el deceso de este o el abandono a temprana edad que realizan, entonces si la familia orbita alrededor del padre cuando este no existe los roles cambian de integrante, en vez de que la familia se transforme y adecue a las necesidades y sentires de ellos mismos en realidad se sigue cargando con la estructura patriarcal existente aunque esté ausente el patriarca que le da peso en lo público, es por esto que vemos a madres masculinizándose para lograr llevar acabo el papel de papá y a la hija mayor convirtiéndose en mamá de sus hermanos porque estos roles son los pilares de la institución, también podemos observar a madres que con el cuento del amor romántico buscan a un hombre para poder sentirse validadas. Si bien, las mujeres somos las que cargamos el esqueleto familiar que dejan los hombres cuando deciden huir de sus obligaciones como padres esto solo es el reflejo de la inmadurez e infantilización que existe en los hombres en México, pues la sociedad machista en la que vivimos acepta que ellos al no sentirse capaz de ser responsables con un pequeño ser humano pueden irse de ahí y seguir con sus vidas como si no hubieran hecho nada, deslindándose por completo al ser cegados por el egoísmo e individualismo del adoctrinamiento patriarcal que llevan interiorizado.
El sistema neoliberal en que camina México perpetua aún más este pacto patriarcal, dónde la prioridad es el desarrollo e integridad del hombre siempre y cuando cumpla con su papel reproductivo para el sistema y aporte a la tasa de ganancia como consumidor o trabajador. Tomando en cuenta que nuestro país se rige por la economía potencia, Estados Unidos, está mediante la globalización (medios de comunicación) viraliza los estereotipos que debe cumplir una mujer y más si es madre afectando a las madres solteras que buscan un trabajo bien remunerado para sacar adelante a su/s hijes sin embargo se encuentra con trabas que le imposibilita alcanzar esos puestos, pues estos contienen una jornada laboral demasiado extensa, poca paga, se localizan lejos de su casa y es por eso mismo (y más) que las madres se ven obligadas a permanecer donde el Estado quiere que sigan; dentro de trabajos con pocas horas permitiéndoles salir a cumplir con su segunda jornada doméstica porque dentro de una sociedad donde se debe cumplir con lo establecido de la madre perfecta ahora también los estándares de madre que llegan desde el primer mundo minimizan el esfuerzo que hacen.
A lo que quiero llegar con todo esto es que reconfiguremos la familia, si bien ya se ha propuesto tener una maternidad colectiva que vendría siendo parte de un proceso revolucionario muy grande, y tal vez lo vemos muy lejos podemos comenzar a replantear la forma en la que nos desarrollamos como hijas o madres, tengamos claro que comenzar a llevar practicas colectivas dentro del núcleo familiar lograra ir disminuyendo esta actitudes machistas y misóginas, sobre todo si es que existe la ausencia de una figura paterna, no estas incompletas ni somos insuficientes, ni necesitamos a un hombre para validarnos, ni que nos proteja, Porque cuando entendamos y nos apropiemos el valor de ser mujer sobrevivientes de violencia no agacharemos la cabeza nunca más.
