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Memoria y sentencia

Por Ángel Estrada

«México Libre», aquella organización política creada e impulsada por el ex presidente, Felipe Calderón, y la ex candidata presidencial, Margarita Zavala, no se convertirá en partido político luego de que el INE rechazara la solicitud, por 7 votos en contra y 4 a favor, debido a irregularidades en el 8,2% de las aportaciones económicas que no pudieron ser comprobadas. Lo anterior, a menos que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación revoque la decisión y le conceda el registro.

De mantenerse la negativa, esta será una gran victoria para las miles de víctimas de la violencia desatada en el calderonismo, que nunca hallaron refugio en el Estado, sino balas, tortura, violaciones sistemáticas a los derechos humanos y muerte. Las más de 100 mil víctimas de homicidios dolosos del período de 2006 a 2012, y las más de 20 mil personas que se contaban como desaparecidas en ese sexenio siguen estando presentes, clamando justicia desde el silencio, dado que se ha mantenido en el país un clima de impunidad que no ha permitido que sus familias encuentren justicia.

Darle el registro a una organización política dirigida por quienes se encargaron de desangrar al país y convertirlo en una gran fosa clandestina sería un insulto para la memoria de las víctimas y para el pesado andar de sus familiares en búsqueda de respuestas y de castigo a los responsables, pero además sería un insulto a toda una sociedad que fue testigo de un narcogobierno. 

La familia Calderón Zavala pretende regresar a las esferas del poder político en medio de un juicio llevado a cabo en Nueva York, donde Genaro García Luna, mano derecha de Felipe Calderón y encargado de la seguridad pública del país en su sexenio, está siendo juzgado por narcotráfico. Han sido varios los testimonios donde se asegura que Calderón encabezaba reuniones con los narcotraficantes más grandes del país, sobre todo los relacionados al Cartel de Sinaloa. Es decir, había una cooptación del Estado por parte del narco; así es como le sería muy sencillo moverse impunemente por todo el territorio nacional al cartel de Joaquín Guzmán Loera. 

La mente se nubla de tan sólo imaginar que tales personajes puedan regresar al poder, porque el daño que causaron cuando lo ejercieron durante seis largos años fue incalculable. Es preocupante que, al menos remotamente, podamos imaginar a un hombre pequeño que se creía militar y minimizaba la pérdida de vidas humanas, llamándolas "daños colaterales", ejerciendo dentro de la política mexicana nuevamente desde el legislativo o como líder de un partido.  Sería peligroso que el discurso calderonista comenzara a permear en la opinión pública como un discurso correcto y que debe seguirse, porque aquel discurso está basado en el odio, en la revictimización y en una idealización del país como vía de paso y comercio de estupefacientes, tal como en su gestión, en la que utilizó la fuerza del ejército para reprimir y asesinar a sangre fría a grupos rivales al Cartel de Sinaloa, y en la que el erario se gastó en proyectos inútiles, señalados por corrupción y extremadamente caros, como la Estela de Luz. 

Sería peligroso que el TEPJF revoque la decisión del INE y le permita a «México Libre» constituirse como partido, porque no se puede dejar de lado que su líder está relacionado con hechos de corrupción como Odebrecht, o que su mano derecha ha sido acusado por EEUU de narcotráfico.  

No se trata de limitar la pluralidad de pensamiento, ni de cerrar las puertas a la creación de nuevos partidos políticos que cumplan con los requisitos de ley, sino simplemente entender que no debe haber lugar para organizaciones que promueven y defienden abiertamente la violencia con fines, hoy se sabe, oscuros. Víctimas, acompañantes y la gran mayoría de las personas añoramos un México libre de «México Libre». Ojalá el Tribunal Electoral no les falle, no nos falle.

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