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La reivindicación del ser humano

Por Bruno Rico Gómez.

A partir de 1970 la culpa ecológica en el humano incremento pues ya se estaban viendo los estragos de la plastificación de las sociedades y justo en donde menos lo esperaban, las playas en donde paseaban los fines de semana.

Actualmente hay muchos proyectos tanto sociales como gubernamentales en todo el mundo y todos hacen lo posible por reducir el daño causado por los humanos en los cuerpos de agua alrededor del mundo. Pero para comprender y reducir el daño se debe de analizar la situación desde sus raíces, pues la contaminación acuática no se da esporádicamente.

Un dato interesante que señalar es la cantidad de desechos que produce la CDMX, son alrededor de 13 mil toneladas diarias o poniéndolo en perspectiva, 1.7 kilogramos de desechos per cápita por día. Si eso lo multiplicamos por 365 días nos da un total de 620.5 kilos al año ¡más de media tonelada! Es increíble que de eso aproximadamente 80 kilogramos son reciclados, solo el 7.8%. ¿y cuál es el problema de eso? Pues principalmente que los centros de procesamiento y los basureros están a reventar, tanto así que hay tratos con estados exteriores para llevarles nuestra basura y botarla en sus tierras. Es aquí donde empieza el problema de la contaminación acuática.

El primer estrago directo se da por la contaminación de los mantos acuíferos, así como a ti lector te da asco el “agua de basura” pues deberías de saber que a eso se le llama lixiviación, en pocas palabras un baño de ácido. El riesgo de que esta contaminación aumente radica en la ubicación de los basureros y si se sobrellenan. De ahí viene la otra repercusión, los vertederos clandestinos cubren un amplio territorio en la CDMX, en una columna anterior ya lo había platicado, las presas, los ríos y los lagos en la CDMX y sus alrededores sufren directamente por este tipo de prácticas ilegales.

Hace poco estaba viendo videos en Tik Tok, uno que me llamo la atención fue de un turista cerca de Baltimore en E.E.U.U. en el que graba como funciona un trash Wheel o un rastrillo acuático que no es más que un bote con el centro abierto y un deposito en la parte de atrás. Este al ponerse en contra de la corriente empieza a “comer” la basura y logra limpiar el rio en el que se ubica, que después se junta en un delta y finalmente llega al océano. Según los datos que encontró el turista este aparato de apariencia graciosa logra acumular 25 toneladas de basura al año.

Sin duda este tipo de artefactos ayudaría mucho a la CDMX pero lamentablemente la mayoría de estos proyectos son encaminados por empresas privadas o razones sociales que en México no existen, porque como todos lo saben, el que proteste contra la contaminación y la preservación del medio ambiente tiene el mismo destino que aquellos reporteros que han muerto buscando la verdad.

“El río me enseñó a escuchar; de él lo aprenderás tú también. Lo sabe todo este río; de él puede aprenderse todo. Mira, el agua también te ha enseñado que es bueno tender hacia abajo, hundirse, buscar las profundidades.”

 

-Herman Hesse, famoso escritor alemán.

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