La herencia priista
Por Rodrigo Chávez
La teoría del Estado en México ha estado ligada, irremediablemente. al origen del sistema político contemporáneo y al origen y desarrollo del partido emanado del proceso revolucionario o en términos prácticos; tenemos un modelo político hecho a imagen y semejanza del PRI.
Parte de este proceso histórico y político en el que el partido, que en su momento fue hegemónico, ha producido diversos efectos negativos en todos los estratos de la sociedad. Uno de ellos y quizá el más lamentable es la organización social de demandas generalizadas y de interés social.
Esto ha quedado evidenciado en días recientes con la discusión en torno a la reforma de la reducción de la jornada laboral. Una propuesta que ha sido polémica y que en lo personal me ha traído encontronazos en redes y en la vida real por intentar poner matices que considero necesarios al respecto.
El problema más reciente en torno a esta propuesta surgió a raíz de que los periodistas preguntaran a la virtual presidenta Claudia Sheinbaum su posición sobre la reforma y la morenista (que aún no está en funciones) dijera que se debe consultar con el empresariado sobre la misma.
Una pregunta que aparenta tener un punto de urgencia está posicionada (mal) desde los medios de comunicación desde el más puro sentido priista de comprender el ejercicio del poder pues se parte del supuesto de que ‘nada se mueve sin la fuerza presidencial’. Aquellos medios de comunicación que gustan de posicionar el discurso de Morena como un deriva democrática y una vuelta al presidencialismo sin límites al estilo de los 70 en México posiciona (consciente o inconscientemente) ese mismo sistema presidencial al hacer portada la respuesta de Claudia Sheinbaum.
Como parte de la sensibilidad y urgencia del tema el colectivo #YoPorLas40Hrs usa estas notas para replicar la urgencia de la reforma pero posicionan el tema desde la declaración del futuro poder ejecutivo y no desde el poder legislativo vigente que es en donde se encuentra detenida dicha reforma.
Este sobrepeso a una declaración emanada de una persona que en este momento no ostenta el poder y que aunque lo ostentara no tiene capacidad de resolución sobre el tema es un error que lleva el barco a aguas equivocadas y que no acelera el proceso.
Si bien es comprensible que las cosas ‘de proceso’ son excesivamente engorrosas, sobreburocratizadas y de tedio es importante no fundamentar las opiniones ni las urgencias sobre temas tan relevantes en un vicio de herencia priista que supone la opinión presidencial como todopoderosa. Nos ha costado, como sociedad, décadas y vidas salir del sistema ideado por una cúpula tramposa como para volver a ponernos en manos de un sistema presidencialista.
Yo, al igual que cualquier persona sensata, estoy por las 40 horas. Exijamos al legislativo hacer su trabajo haciendo uso de su autonomía como poder.
