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Generación de cristal

Por Rodrigo Chávez

“Es que ahora todo es ofensivo”, “ya no podemos hacer burla de nada”, “van a matar el humor”...

Voy a ser completamente honesto con ustedes, amigas y amigos: estoy cansado. De verdad ya me cansó tratar de explicarle a un montón de adultos infantilizados, caprichosos y emberrinchados qué está mal y por qué. De pronto tenemos que explicarle a señores de entre 30 y 40 años porque está mal que sexualicen mujeres, que hagan apología de la pedofilia y  que no son para nada graciosos sus chistes sobre los estereotipos de género. Pareciera que de pronto, al llegar a los 30 años uno como hombre diera un salto regresivo a la secundaria, a esa época rara en la que hablar del pene era algo extrañamente “divertido” y la hipersexualización era lo más emocionante, de pronto estos señores vuelven a esa etapa mental y como adolescentes se encaprichan, de pronto para ellos el mundo entero está en su contra. No entienden porque nadie en la fiesta se ríe del último chiste de Chumel que ha repetido tres veces, si es graciosisimo reírnos de los jotos... ¿Cómo no voy a poder decirle prieto a ese wey? pues si está prieto. ¿Por qué no puedo llamarle gata a la mesera? así se les dice, gatos. ¿Cómo que soy racista sólo porque no quiero que mi equipo de la NFL cambie de nombre? ¡PINCHES SENSIBLES! ¡GENERACIÓN DE CRISTAL! ¡JARRITOS DE TLAQUEPAQUE!

Estos señores que crecieron viendo programas televisivos con claros tintes clasistas como El Chavo del 8, o programas misóginos y machistas como Cero en conducta o La hora pico creen que nosotros estamos matando el buen humor y lo que es “gracioso” ¿por qué?, porque estamos inmerso en el momento de no retorno en cuanto a derechos y dignificación se trata. En febrero de este mismo año, ese febrero que hoy suena tan lejano después de 4 meses de encierro, estábamos en medio de la ebullición política y material de un despertar femenino, vimos despliegues sociales de mujeres organizadas dispuesta a decir “YA BASTA”, las mujeres en México y latinoamérica se tomaban las calles y escribían sobre las paredes su historia, la historia que les fue negada desde siempre y en la que se les puso a la sombra de algún hombre. 2020 fue el año en el que los afroamericanos causaron un golpe al status quo en Estados Unidos y Europa para decir “NO, NO TODO ESTÁ BIEN, LOS NEGROS MORIMOS”. Este año es el mismo en el que por primera vez veremos en la portada de VOGUE, la prestigiosa revista de moda, a una modelo Oaxaqueña. Es el año en el que Ya no estoy aquí nos enseñó que los ciudadanos de Monterrey no son blancos que hablan inglés, sino que también son marginados en su propio país, por pobres. Fue en 2020 que un “cómico” como Chumel se atrevió a debatir sobre racismo con el actor Tenoch Huerta, quien le desmontó una a una las falacias que Chumel pretendía hacer ver como argumentos y  el influencer terminó refugiándose “argumentando” que él había crecido escuchando ese humor, con tal de no enfrentar su propio raciclasismo. Y fue este mismo año en el que el “comediante” Mau Nieto fue increpado por sus tuits misóginos y su acoso selectivo a las mujeres feministas. Es este año también el año en que el equipo de la NFL de Washington cambiará de nombre por ser racista.

Tal parece que el 2020 es un año en el que las minorías aprovechan la brecha histórica generada en parte por los estallidos sociales en diversos países y la ventana abierta por la pandemia para decir “NO MÁS, SE ACABÓ”. Las mujeres no están mínimamente dispuestas a volver a guardar silencio cómplice ante la violencia directa o simbólica ejercida sobre ellas, no están dispuestas a dejar que un hombre con el humor de un niño pequeño quiera reírse de ellas en la cara. Se acabó el humor de Mau Nieto en el que reírnos de ellas es aceptable, y digo aceptable porque gracioso nunca fue. Se acabó esa época en la que uno podía intentar hacer menos a alguien por su color de piel, se acabó el reírse de la “gente color mole” sin que ellxs nos vengan a señalar lo racista que es ese tuit o esa publicación. Se acabó la época tan oscura y tan homófoba que fue ver personajes como “Poliéster” y “Carmelo” o como “Julio Esteban” en los programas familiares en los que nos reunimos en la sala a burlarnos de los hombres homosexuales. Se acabó ese humor tan nefasto de reírse del segregado, de quien es otro: del no hombre, del no heterosexual. La generación Z y los Centennials lo tienen claro, el humor es muy distinto a la burla, reír a costillas de hacer menos a alguien más no es ni un poco gracioso, es violento y no se debe permitir la violencia a quienes son diferentes.

De pronto todo esto abruma a los berrinchudos señores que no se explican cómo es que todas estas personas ya no están dispuestas a ser objetos de sus burlas y sus chistes de mal gusto, ¿y qué es lo que hacen?, ¿acaso intentan escuchar y aprender porque no es bueno lo que hacen, y así mejorar para tener una convivencia más sana? Pues no, por increíble que parezca lo que estos señores que tanto nos presumen ser de “piel gruesa” e incapaces de ofenderse se reúnen en grupitos en los que juntos se tiran al piso a patalear, ofenderse y gritarnos con cierto aire de rabia y superioridad que estamos arruinando todo, sin entender ni una sola palabra de lo que dicen señalan y gritan “LAS MUJERES ME VIOLENTAN POR SER HOMBRE” cuando las mujeres les piden no acosarlas sexualmente, no violarlas o no invisibilizar los feminicidios, “ENTONCES QUE ELLAS PAGUEN SU CUENTA” gritan desesperados, como si haberle invitado un platillo a alguien le obligara a pagarte con sexo, “LOS NEGROS SON RACISTAS CON LOS BLANCOS PORQUE NO NOS DEJAN DECIRLES NIGG*S”, como si esa palabra no se hubiera usado durante décadas en contra de los esclavos africanos, “ME DIJISTE BLANCO; ESO ES RACISMO” me dicen, como si no conocieran la mínima parte de la historia mundial en la que claramente aprendemos que ser blanco es lo mejor que puede pasarte porque eso dictaminó un status social y aún hoy lo hace. “ME DIJO RICX, CLASISMO A LA INVERSA”, como si haber nacido rico o rica te hiciera de pronto víctima de una segregación socio-política, “VAMOS A HACER UN DÍA DEL ORGULLO HETEROSEXUAL” como si alguna vez las personas de la comunidad LGBTTTIQ+ les hubieran diagnosticado su sexualidad como trastorno psiquiátrico.

Y ahí, en el piso, gritando, pataleando y furiosos exigen a mujeres, a miembrxs de la comunidad LGBTTTIQ+, a afrodescendientes, a pobres y a cualquiera que les apoye que lo eduquen, que le digan, que le explique, que le den clases, como si de algún modo fuera responsabilidad nuestra procesar la información para que ellos puedan comprenderla, como los niños pequeños a los que hay que desmenuzar la carne para que no se vayan a ahogar con los huesos, como si no pudieran entrar a google, comprar un libro o simplemente introspectar.

Todos y cada uno de estos señores que nos encontramos haciendo sus rabietas en Facebook o  Twitter se la pasan tratando de aleccionarnos muy tristemente. Dicen que el nombre actual del equipo de la NFL y que el personaje de Julio Esteban de Eugenio Derbez son un tributo, como si de verdad ignoraran que los tributos se hacen con respeto, con empatía y no con burla y con violencia. Pasan horas, días llamándonos “generación de cristal”, nos dicen que todo nos ofende. Cierto “caricaturista” falto de talento, de gracia y de tacto nos llama “jarritos de tlaquepaque” pero la verdad es que parece ser complementamente lo contrario, si uno se atreve a escribir “todes o todxs” estos señores van a ofenderse, van a enojarse, van a ser violentos, cuanto más si le señalas sus violencias. A estos señores de “piel gruesa” los puedes ver emanando su queja y su rabieta porque se hizo una nueva película de alguna serie, porque una mujer le dijo que no le interesaba, porque en las series y películas salen personas negras o de la comunidad LGBTTTIQ+. Los ves ofendidos porque hay paridad de género en las escuelas, en el gobierno o en algún lugar, los ves gritando muy fuerte cuando una mujer como la Reimers narra un partido de champions. Se ofenden mucho cuando dos mujeres o dos hombres se toman de la mano por la calle, espuman por la boca si éstas parejas se besan… en fin, PARA SER LA GENERACIÓN QUE NO SE OFENDE DE NADA GRITAN, PATALEAN Y LLORAN MUY FUERTE CUANDO LAS PERSONAS VIVEN.

Por fortuna o no estas personas se juntan entre ellas y el internet es basto y amplio, basta con aprender a silenciar ciertas palabras, a no temer a eliminar gente de tus redes sociales y a atrevernos a relegarlos en lo que es su sitio en este mundo: una mesita muy alejada, donde sus comentarios no puedan doler a nadie ni importar de verdad. Si no son capaces de entender que las cosas cambian y que todas, todes y todos merecemos respeto y tenemos los mismos derechos, entonces que se queden haciendo berrinche en su esquina de castigo. Las mujeres, lxs afrodescendientes, lxs pobres, les miembres de la comunidad de la diversidad sexual y todes les segragades no van a retroceder para complacer a quienes cada día pierden un poquito más de poder. Una vida sin violencia es posible pero para eso debemos señalar a los verdaderamente frágiles. La generación X y los millennials tempranos, claro que si algunx de elles quiere venir, escuchar y unirse es bienvenido.

A todes les demás, lo sentimos pero no hay vuelta atrás. Todo tiempo pasado fue peor, para muches de nosotres.

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