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Cuatro ojos

Por Bruno Rico Gómez.

“¡Dichosos aquellos que no usan anteojos!” he exclamado gran parte de mi vida, pues desde la vocacional tuve que utilizar lentes para mejorar de mi vista.

Pero analizando la situación desde otro punto de vista he de decir que el avance tecnológico que existe en esta rama de las ciencias es enorme.

Los hay de mil formas, de mil colores y para un millón de usos. Pero los más cotidianos son los anteojos ópticos, ¿Cómo se hacen? ¿Cómo le hacen para que los vidrios sean transparentes?

Empecemos por el principio, los armazones. El origen de los primeros lentes se dio en la edad media, 1403 de la época moderna para ser exactos, y el armazón de estos era una simple tijereta con 2 círculos en donde entraban los vidrios. Mi hipótesis es que se hizo ese tipo de diseño pues era más fácil para el oftalmólogo ajustar el soporte que va en la nariz del dueño.

Conforme pasaron los años y las necesidades así como mejores situaciones económicas en los países que se desarrollaban mejor fueron cambiando los diseños de los armazones y con justa razón, el humano siempre ha sido un inventor nato.

En la historia del humano se utilizaban los materiales que se tenían a la mano pues eran más fácil de obtener que los demás y por esa misma razón se utilizaron tantos tipos de madera como fueran posibles. El humano ya dominaba la ebanistería por lo mismo no fue imposible para este crear los primeros lentes con patillas, curiosamente este invento empezó en los conventos.

¡Imaginen ser un monje y no poder leer la palabra sagrada que profesaban! Ese problema se tenía que solucionar de alguna manera si o si gracias a  Ibn al-Haytham, científico árabe que sin saberlo le dejo una gran herramienta a millones de humanos.

Gracias a la necesidad de que los monjes pudiera leer la palabra divina ahora usted querida/o  lector/a puede leer esta columna, ¿curioso ese bucle mental, no?

 

Conforme la ciencia avanza en nuestra sociedad más opciones tenemos, desde los lentes falsos, los de sombras, los deportivos, los casuales, etc...

Pero más allá de lo que el capricho dicta hay lentes que ayudan en los trabajos, tales como:

-Los lentes de protección, que suelen ser de plásticos duros y duraderos para que en caso de alguna falla mecánica no entre ningún resto a los ojos del portador.

-Los lentes de soldar, este tipo de lente suele medirse en sombras pues como el arco eléctrico que se genera con la soldadura es muy brillante se necesita opacidad para que no se dañen los ojos del usuario.

-Los lentes de buzo, se necesita una dureza extrema pues como estos sufren de diferentes presiones dependiendo que tan profundo sea el viaje del buzo.

Como estos tres hay miles y miles de lentes que día a día cumplen tareas que sin ellos serían imposibles y hasta improbables (como las caminatas espaciales).

Sin duda alguna los anteojos que empezaron siendo una tijereta de madera con los vidrios cóncavos propulso una revolución en el aspecto en que vemos la vida, literalmente. “El hombre que no sabe admirar, es como unas lentes sin ojos detrás.”

Queridos lectores, he decidido que abriré este espacio para ustedes, así que si tienen alguna sugerencia de temas, temas tecnológicos que les causen duda, y quieran que trate de responderles alguna duda sin dudarlos pónganlo en la zona de comentarios o al correo revistacolumnas@gmail.com

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